sábado, 7 de marzo de 2009

Otra irresponsabilidad mas de Aqualia??

Viviendo en la pendiente
Dos familias tienen que abandonar su hogar tras inclinarse peligrosamente la vivienda debido a una fuga de agua de la que nadie se responsabiliza
07.03.09 -
GUILLERMO HERMIDA/ MAZARRÓN

La sensación es inquietante. El cuerpo busca la estabilidad y redistribuye su peso sobre las piernas. Los ojos buscan las líneas de fuga, pero en el interior de la vivienda es imposible, porque todos los puntos de referencia han variado. En un par de minutos, aparece el mareo y las ganas de abandonar el lugar se hacen poco menos que insoportables.
Pero no se trata de una atracción de feria o un aparato de tortura. Es la vivienda en la que hasta hace cinco semanas habitaban dos familias, es una casa que tiene más en común con la torre inclinada de Pisa que con un hogar. Porque la edificación está efectivamente inclinada. Exactamente cuatro centímetros por metro, decía al menos el nivel hace dos semanas.
Esta casa de pesadilla, en el Puerto de Mazarrón, en la calle Flor de Te, albergaba a las familias de José Zamora (cuatro hijos) y Francisco García (un hijo) hasta que decidió abandonar la horizontalidad. Los nueve la han dejado por pisos de alquiler y casas de familiares, mientras sus almas se parten al ver su hogar vencerse sobre la rambla cercana. La pesadilla tuvo un preludio el pasado 30 de enero, cuando un reventón en una conducción de 300 milímetros inundó el entorno de la vivienda. Al día siguiente, la casa ya estaba inclinada.
Tanto José como Francisco aseguran que hay una relación de causa y efecto entre esta avería -reconocida por Aqualia en una tubería de conducción que da servicio a Isla Plana- y la inclinación de su vivienda. «El agua se filtró por debajo de los cimientos, arrastró tierra y ha provocado el desnivel», asegura José.
Ahora, entre un extremo de la casa y otro hay ya más de medio metro de desnivel, suficiente para que ruede sin problemas un balón y para que vivir en el interior se convierta en un pequeño infierno. La casa mantiene su mobiliario intacto, pero el gasto añadido de un alquiler está mermando de forma peligrosa la economía de ambas familias.
«Yo aún estoy pagando la hipoteca», afirma Francisco, que ve con desespero como sus quejas ante el Ayuntamiento de Mazarrón, Aquagest (concesionaria del servicio en Mazarrón) y Aqualia caen en saco roto. Sobre el primero recae ahora la tarea de iniciar el expediente de ruina, tras lo que se ordenaría un desalojo ya efectivamente hecho. Sobre las empresas de agua tendría que recaer -más bien sobre sus aseguradoras- el coste de la reparación de la vivienda o la construcción de una nueva. Por ahora, la vía judicial abierta por las dos familias es la única que podrá delimitar estas responsabilidades. «Actualmente estamos investigando quién es la responsable del hundimiento, ya que ninguna ha decidido asumir responsabilidades», aseguran desde MMB Abogados, la firma que representa a las familias.
Mientras, José y Francisco ven con pena como una casa con apenas 15 años, su hogar, puede acabar convertida en escombros.

Visto hoy en La Verdad.

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