sábado, 8 de noviembre de 2008

Visto en el blog "Ahora o nunca"

sábado 8 de noviembre de 2008

El «pensamiento único» del «modelo único»: grietas y contradicciones.


La crisis ha destapado las debilidades de un modelo de desarrollo, el murciano, basado en la construcción masiva y en la expectativa de que nuestra comunidad, a medio o largo plazo, se convertiría inexorablemente en la Florida europea, con una economía basada casi exclusivamente en el llamado turismo residencial.
De forma expresa o tácita, han sido muchos los políticos del Partido Popular (y algunos del PSOE) que han defendido este planteamiento, aunque ahora, a la vista de su debilidad y limitaciones, vengan corriendo a matizar sus posiciones. La estrategia inicial era presentar la construcción para el turismo residencial como «única opción económica» para esta Región, de manera que resultara más fácil justificar los excesos urbanísticos ante los ciudadanos. O resorts o ruina. Predicaron el apocalipsis agrario (a la agricultura le quedan cuatro días) y la incapacidad industrial (los murcianos para la industria no valemos, eso es cosa de vascos y alemanes… gente del norte). Así, el pueblo no dudaría en dar su bendición a la Gran Operación: imitar a Mallorca, la Costa del Sol y la costa alicantina… pero en tiempo récord. Y el pueblo dio su bendición el 27 de mayo de 2007. Vaya si lo dio.
Ahora, sin embargo, resulta que el apocalipsis no ha sido agrario, sino inmobiliario. Y ahora ­­­­—pero sólo ahora— el Gobierno regional envía mensajes claros sobre las bondades de los sectores agrario e industrial como soportes de la economía regional y futuros motores de desarrollo.
Ya en marzo pasado, el Gobierno regional y los agentes sociales anunciaban la elaboración de un Plan Industrial 2008-2013, con el objetivo de elevar el peso de la industria en el PIB regional del 16% actual al 20% en 2013. En palabras de Clemente García, Secretario General de CROEM, se trataba de «adoptar medidas que amortigüen los negativos efectos de la situación económica anterior».
Pero el Plan Industrial no ha debido gustar a ciertos sectores. Fulgencio Belando Aragón, presidente de la Federación Regional de Empresarios de Construcción de Murcia, en un artículo titulado ¿Qué queremos ser?, ¿qué podemos ser?, publicado en La Verdad el 28 de octubre, llega a afirmar que «España, y la Región de Murcia en particular, hace mucho tiempo que dejaron de ser un mercado competitivo para aspirar a que aquí se instalen nuevas industrias manufactureras». Una opinión totalmente imparcial, viniendo de quien viene, y todo un puñetazo en la mesa del Plan Industrial, al que —visto lo visto— debería añadirse como subtítulo el Yes we can! de Obama.
También a la agricultura se le empiezan a reconocer méritos, después de haberse anunciado su muerte. Hace pocas semanas, en un acto con la Asociación de Productores y Exportadores de Frutas y Hortalizas (Proexport), Valcárcel declaraba que el Gobierno regional «tiene la obligación de preservar la agricultura como el sector productivo más importante». También reconoció que la agricultura «está amortiguando el golpe del desempleo, de la crisis en general, en sus muchas manifestaciones», como «auténtico colchón, capaz de poder amortiguar ese golpe que supone la crisis». Curiosas fueron también las palabras de José Hernández Navarro, destacado agricultor mazarronero: «El ladrillo nos quiso comer a todos y algunos aguantamos».
Vaya. Hasta hace pocos meses estábamos destinados a ser exclusivamente una región de servicios, y ahora reconocemos que la agricultura está amortiguando la crisis y que es necesario un nuevo modelo con más peso del sector industrial. Parece que las grietas de nuestra economía han abierto también brechas en ese «pensamiento económico único», que antes no se podía cuestionar sin riesgo de ser considerado antimurciano y enemigo del desarrollo.
No obstante, algunos siguen en sus trece. José Antonio Martínez-Abarca, gurú liberal de la derecha murciana, ha sentenciado en su blog de Libertad Digital nada menos que lo siguiente: «Murcia será turística por completo, o no será». El artículo lo titula El futuro de Murcia, si lo hay, pasa por el ladrillo, y sus argumentos son básicamente los de siempre. Comienza con aquello de que la agricultura no tiene futuro, porque el tercer mundo, en igualdad de condiciones arancelarias, es imbatible en calidad y cantidad. Que sea imbatible en cantidad es posible, pero hablando de calidad habría más que discutir. Y la igualdad de condiciones arancelarias, por desgracia para ellos, ni está ni se le espera. En esta Región llevamos más de veinte años diciendo que la agricultura no es rentable, algo que afortunadamente no es cierto. ¿No es contradictorio pedir trasvases alegando que tenemos la agricultura más rentable de la Unión Europea, y al mismo tiempo sostener que el campo no tiene futuro para justificar los excesos urbanísticos? En Librilla saben algo sobre esta contradicción.
Martínez-Abarca, en la misma línea que Fulgencio Belando, también carga las tintas contra la industria: «No parece que las grandes industrias estén locas por localizarse de su actual deslocalización y volver a producir en el reino de la baja productividad». Olvida que esa baja productividad es, en buena medida, uno de los daños colaterales del «modelo único»: miles de jóvenes abandonaron prematuramente las aulas para subirse al andamio, y ahora nos encontramos con un déficit de titulados medios que, efectivamente, puede lastrar nuestro desarrollo industrial. Ahora esos jóvenes son nuevos parados, endeudados y con las expectativas frustradas. Si la demanda inmobiliaria no se reactiva en los próximos cinco o diez años, ¿dónde trabajarán entretanto? Por otra parte, el bloguero liberal no parece contar con la industria autóctona, con la iniciativa empresarial de emprendedores murcianos. La riqueza no tiene que venir necesariamente de fuera. ¿Por qué se ha estancado la industria agroalimentaria? ¿No es éste un filón empresarial que podría dar mucho más juego?
Estábamos en que la agricultura no tiene futuro por la competencia del tercer mundo. Y la industria tampoco, porque también hay países más productivos y con mano de obra más barata. ¿Pero acaso el turismo residencial no está sometido igualmente a la competencia de terceros países? Croacia, Brasil o Marruecos son sólo tres ejemplos de países que se están apuntando al negocio, y con precios bastante más bajos. Para colmo, las prisas y la baja cualificación (la construcción iba más rápida que el aprendizaje de los oficios) han hecho mella en la calidad de algunos de nuestros productos inmobiliarios. Se pensaba que el cliente extranjero era menos exigente que el nacional para los acabados. Por otra parte, la crisis de demanda puede llevar a una reducción del tamaño y la calidad de las viviendas, buscando así rebajar costes y poder vender a precios más competitivos. Si en la Región de Murcia teníamos dos modelos, La Manga Club y Camposol, corremos el riesgo de que se imponga el segundo. Los propios residentes británicos de esta urbanización mazarronera la califican como wild west (salvaje oeste) por la precariedad urbanística y la falta de servicios que padecen (ver). Y es que el interés particular de algunos promotores (construir mucho, barato y rápido) puede chocar con el interés general (contar con complejos turísticos de calidad, atractivos y rentables a largo plazo). Si dejamos la Región sembrada de camposoles, habremos hecho un pan con unas tortas. Entonces la Gran Operación se habrá convertido en la Gran Chapuza.
Otra contradicción es pretender que la Región se convierta en destino turístico mientras nuestro paisaje sigue escasamente protegido. Nunca nuestros montes habían sufrido tantas agresiones/transformaciones como en los últimos diez años. Si seguimos desmontando cabezos y metiendo la reja a una cota cada vez más alta, estaremos restando atractivo turístico a nuestra tierra. Conciliar el turismo con la agricultura y la ganadería puede ser más complicado de lo que parece, pero si se pone sentido común y los poderes públicos hacen su papel, es perfectamente posible.
El golf puede ser un buen negocio, pero no el único. La Región de Murcia puede y debe ser agrícola, industrial y turística a la vez. En los tres sectores se plantea el reto de la competencia exterior, y en los tres se puede superar con las mismas fórmulas: calidad e innovación. Con una pata se vuelca antes que con tres. Martínez-Abarca terminaba su artículo diciendo que «con los huertos solares no comemos pollo los domingos». Habría que añadir que con resorts deshabitados y a medio construir, ni siquiera arroz blanco.


Publicado por Antonio J. García Conesa a las 10:02

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Has hecho referencia a los recursos propios de la region...
¿Donde estan las ayudas a fondo perdido a jovenes empresarios que se decidan a echarse para adelante?..
Por que en murcia que no se olvide hay un monton de titulados superiores que por desgracia se estan tirando como locos a las oposiciones del estado por que lamentablemente en murcia NO HAY SALIDA no hay apoyos para crear empresas, y el "capital local" esta tan ciego, tan anquilosado en el campo y si no en su heredero los "resorts" y el ladrillo, ahora se ve que tanto el campo, la agricultura exportadora a gran escala que no se olvide hizo ricos a unos pocos y esclavos a muchos, no vayamos a creer ahora que aquello era el paraiso... y el ladrillazo especulativo han pasado a la historia por inviables...es que hay alguna propuesta novedosa? ¡que va a haber¡ El empresariado murciano es tan yermo en ideas, que tan solo han apostado por la construccion como manera de obtener beneficios en cantidad y rapido, no os creais que se han preocupado por el turismo o el bien de la region, noooo que va, ni se preocuparan jamas, eso tenedlo claro, muy claro. Lo mismo que ahora se lavan las manos de los inmigrantes que otrora les hicieron ricos con su trabajo esclavo, ahora que lo arregle zapatero y la culpa es de el.

supersalvajuan dijo...

El problema van a ser los efectos retardados. Los que quedan por venir. Tanto en huertos solares como en resorts deshabitados. Y todo lo demás.

Anónimo dijo...

Tienes muchisima razon Cristina, mira yo he visto pueblos muchisimo mas pequeños que este, con su castillo rehabilitado integramente para beneficio comun del pueblo, con sus instalaciones mineras rehabilitadas y convertidas en patrimonio historico-industrial del pueblo y para las proximas generaciones,...el barco fenicio se lo comeran los bichos marinos por que otra cosa..
Que lo que pasa en este pueblo es lo que ha pasado siempre, que esta en manos de 4 pudientes con mucho dinero y con muy poca cabeza, y que no les importa para nada el pueblo y sus habitantes, solo lo inflada que este su cuenta corriente, y lo unico que han hecho a sido utilizar en su propio beneficio a los habitantes de este pueblo, primero para recojer los tomates de sus fincas y despues con la construccion como peones de albañil y siempre con la promesa de muchisimo dinero y que nos queda a los demas....nada...al menos si se hacen ricos ¡que quede algo en el pueblo¡ pero nada que va a quedar solo quieren ganar dinero ellos y a los demas que les den por saco y por añadidura si no nos dejan vivir a los demas todavia mejor, todo para ellos y nada para los demas esa es la maxima de los que manejan los hilos en este pueblo, y eso del poligono industrial, lo han movido ahora que le han visto las orejas al lobo, pero para que?, pues muy sencillo por que saben que ahora no va a venir nadie, a ellos no les interesa que les venga competencia no vaya a ser que pierdan el poder y la influencia en el pueblo, prefieren que se muera la gente de hambre a perder el control, y me consta que esto es asi por que aqui a querido venir varias empresas importantes y otras mas pequeñas y le han estado haciendo la puñeta hasta que se han ido, para que no abran.
Es lamentable muy lamentable lo que ocurre aqui.

Anónimo dijo...

MANIFESTACIÓN: LA CRISIS, QUE LA PAGUEN QUIENES LA HAN PROVOCADO





No queremos:
Que el liberalismo absoluto y las leyes del mercado organicen nuestra vida.
Cambiar algo para que todo siga igual: cuando para ellos no hay crisis, sigue habiendo hambre, paro y destrucción en el mundo.
Que quienes han provocado la crisis se vayan con retiros de lujo, sin dar cuentas a la sociedad.
Que se trasvasen fondos públicos a la banca, auténtica culpable de la crisis.
Que los empresarios aprovechen esta situación para facilitar el despido, bajar los salarios y empeorar las condiciones de trabajo.
Ver nuestra Tierra convertida en un desierto por la avaricia de unos pocos.

Si queremos:
Una economía sostenible social y ecológicamente, que tenga como objetivo satisfacer las necesidades vitales de la población sin hipotecar a las generaciones futuras.
Que se garanticen los derechos sociales a toda la población con un gasto social suficiente. Los derechos no pueden quedar a las expensas del mercado.
Que se redistribuya la riqueza con una política fiscal progresiva y rigurosa que reduzca la tremenda brecha entre ricos y pobres.
Que ninguna empresa con beneficios pueda presentar un expediente de regulación de empleo.
Que nadie sea desalojado de su vivienda habitual por motivos económicos.
Que se castigue a los culpables económicos y políticos de esta barbarie.

SALUD O MEMORIA

Hipocresía pena y rabia, eso es lo que siento cuando leo las noticias que llegan sobre el tema de la Balsa San Cristóbal, por si no lo sab...