miércoles, 10 de junio de 2009

La mujer del César... publicado por Enrique Olcina

Una carta abierta dirigida a un grupo de personas heterogéneo que tienen en común una posición de poder dentro de un grupo, en este caso el PSOE, tiene como desventaja la amplitud de temas a tratar y los distintos límites geográficos que se superponen. Como ventaja tiene que no se puede personalizar, y por lo tanto tienes que enfocar el problema y sus soluciones
"La mujer del César no sólo debe ser honrada, sino parecerlo". Si alguien se pregunta el origen de esa frase viene de Plutarco, aunque en realidad Plutarco lo cita de la siguiente manera .

"En cuanto a César, al punto, repudió a Pompeya; pero llamado a ser testigo en la causa, dijo que nada sabía de lo que se imputaba a Clodio. Como, sorprendido el acusador con una declaración tan extraña, le preguntase por qué había repudiado a su mujer: “Porque quiero- dijo- que de mi mujer ni siquiera se tenga sospecha”. Vidas Paralelas, Tomo V, párrafo X.
Desde el escándalo de Casa Grande, del que el ex-presidente Collado fué exonerado por los tribunales, hasta ahora -acompañado de una miriada de casos de corrupción de la última etapa de Felipe González- parece que a los socialistas nos han colgado el sambenito de ladrones, corruptos y aprovechados. Todo eso mientras el PP no se ha visto salpicado reciéntemente por tramas severas de corrupción. Tras eso, y cuando a las menciones de antiguos -y no tan antiguos- escándalos de corrupción les respondes aquello de que el que esté libre de sumario que tire la primera correa, todos, absolutamente todos mis interlocutores de derechas salen con aquello de que "Todos los políticos son todos iguales". Así, ciertamente, no vamos a ningún sitio.Porque, claro, "todos los políticos son iguales". Si aceptamos esa premisa como cierta cabría preguntarle a quien la mantiene -sobre todo si es de derechas- porqué deposita religiosamente su voto en una urna para un partido, que según él, está compuesto por el mismo tipo de gente que él desprecia. Entonces vendrán las diferencias. Diferencias que, podrás argumentarle, son baladíes, puesto que todos los políticos, tal y como él ha dicho, son iguales. Así hasta el hastío, y no conviene.Por lo tanto, a falta de hacer entrar en razón a un votante de derechas, que pasa por hacer que sus disonancias cognitivas no se puedan reducir (aunque la pregunta es cómo), sabemos que podemos demostrarle al votante de izquierdas que se queda en casa que no todos los políticos son iguales. Ni que los partidos políticos tampoco son iguales. Que hay unas diferencias claras, netas y definidas entre un PP y un PSOE.La primera de ellas es el contenido. El centro es un territorio peligroso, porque desmotiva al electorado de izquierdas. Saramago lo ha dicho bastante bién en su blog. Si un partido es de izquierdas, hace política de izquierdas. ¿Qué nos diferencia de formaciones como IU, o Izquierda Anticapitalista?. Pues que nuestra izquierda es una izquierda posible, pero el adjetivo no ha de convertirse en posibilista, ni acompañar el adjetivo a algo que no sea izquierda. Fueron las políticas de izquierdas las que llevaron al PSOE al poder en 2004 y han de ser las políticas de izquierdas las que lo mantengan, porque si no, no hay un fin determinado para detentar ese poder y por lo tanto es mejor abandonarlo. Y debemos hablar de políticas de izquierdas. Si al hilo de ese discurso viene bien decir lo que hace la derecha, bienvenido sea, pero el votante de izquierdas quiere ideas de izquierdas, proyectos de izquierdas que le ilusionen.La segunda de ellas debe ser el vehículo transmisor de esas ideas, y eso lo encarnan las personas y el partido. Si el partido se muestra flexible al compromiso y al diálogo e inflexible con la corrupción en sus filas el votante de izquierdas sabrá que ese es un partido de izquierdas con posibilidades de llevarlo a cabo, y que no es ni ladrón, ni corrupto, ni condona el latrocinio ni la corrupción. Si un afiliado es inocente, seguirá siendo afiliado, si un afiliado es imputado, se le congela, y si un afiliado es condenado se le expulsa. Poder pertenecer a un partido político es un derecho fundamental, no la pertenencia a un partido determinado si se está imputado o se es condenado. Un afiliado que ha ejercido un cargo electo, elegido desde las filas del partido, y ha cobrado por ello y luego es imputado no debería esperar ni solidaridad ni simpatía por parte del partido al que mancha su buen nombre. El partido no ha de adelantarse a la justicia, ni tampoco ir muy detrás de ella. Acompasando el estado del afiliado con la Justicia con el estado del afiliado en el partido es más que suficiente.De la mujer del César y su obligación se dice mucho, del César no se dice demasiado. Nosotros somos mujeres del César. Esa es la diferencia que debe marcarse y subrayarse; porque aunque algunos se crean Césares, vestidos de manera impóluta con perfil de milano bonito, aquí el único César es el pueblo, y repudia con las urnas. Y esa parte de izquierdas que tiene ese César nos repudiará (o nos acogerá con incomodidad) mientras no le respondamos. La parte derecha, como ya hemos visto, no tiene esos melindres ideológicos. Por cierto, eso no significa no hablar de la corrupción de la derecha, pero sólo cuando se pueda contraponer a la honradez de la izquierda, y explicar, en palabras sencillas, que la corrupción de la derecha no significa un enriquecimiento del pueblo, pero eso es objeto de otra carta ....

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